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Desde enero, Concordia cuenta con su tercera sala de juegos: 84 tragamonedas y 12 puestos de ruleta electrónica se sumaron a la “oferta” especialmente dirigida a quienes sueñan con que el azar les sonría y los haga ricos… o menos pobres, en muchos casos…

Entre esta flamante sala y las dos anteriores hay una primera diferencia observable a simple vista: la ubicación. La primera y más antigua está enclavada en el microcentro. La segunda, sobre la avenida Eva Perón, rodeada de una urbanización de clase media y alta. La nueva, en cambio, que lleva por nombre “Sala Camba Paso”, está erigida en la zona noroeste de Concordia, sobre Avenida Presidente Illia, a tiro de los barrios periféricos más empobrecidos de la ciudad y a 50 metros de la conocida y populosa feria de compras “Las Palmeras”.

“La sala está desarrollada en 480 metros cuadrados cubiertos, divididos en dos plantas. Cuenta con un parque de máquinas de 84 unidades, de las cuales 12 son puestos de ruleta electrónica”, puntualizaron desde el Instituto de Asistencia Financiera a la Ayuda Social (IAFAS).

Como no puede ser de otra manera, la sala fue habilitada por el propio IAFAS, organismo rector del juego en Entre Ríos. “Responde a una decisión de facilitar el acceso de la población a una sala de entretenimientos oficial y legal, como una estrategia de control y lucha contra el juego ilegal, el cual se enfoca exclusivamente en la venta clandestina sin reparar en garantías, controles estatales y en el cuidado de las poblaciones más vulnerables”, argumentaron desde el Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social.

A pocos metros de la puerta principal, hacia el este, hay otra, en la que está pegado un cartel que informa: “Horario de la Sala: Domingo a Jueves 12 pm. a 03 am. Viernes, Sábado y vísperas de feriado 12:30 pm. a 3:30 am.”.

A 50 metros de un “paseo de compras” muy visitado -y no precisamente por los más “pudientes” a los que aludía aquel decreto de 2004-, los habitantes de esa populosa zona cuentan ahora con un lugar que les queda cerca y de paso, para canalizar su deseo de apostar. Así lo admite el propio IAFAS cuando justifica su apertura para “facilitar el acceso de la población a una sala de entretenimientos oficial y legal, como una estrategia de control y lucha contra el juego ilegal”. Según el organismo, su accionar apunta al “cuidado de las poblaciones más vulnerables”. Si uno adhiere a tal razonamiento, podría decirse que la sala llegó para proteger de la ilegalidad a los más pobres.

Lo cierto y concreto es que no debe ser fácil hallar alguna actividad productiva que haya conseguido triplicarse –como lo ha conseguido el sector de los casinos- en una ciudad que desde hace ya muchos años está en el podio de los indicadores de pobreza e indigencia medidos por el INDEC.

Fuente: El Entre Ríos