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El Obispo de Concordia, Monseñor Gustavo Zurbriggen, celebró la Misa de Nochebuena y en su homilía centró la mirada en “Jesucristo, que se hizo uno de nosotros, para abrazarnos con la ternura y la misericordia del Padre”.
El nuevo obispo de la diócesis que abarca los departamentos Concordia, Federación, Federal, Colón y San Salvador, no eludió en su prédica referencias a la difícil realidad social y económica. “Sin embargo –enfatizó-, a pesar de tantas dificultades y entristecidos por tantos hermanos que sufren la pobreza y la marginación, en esta noche ha brillado una gran luz. En esta celebración festejamos el nacimiento del Príncipe de la paz, es el Niño Dios, el hijo de María a quien adoramos recostado en un pesebre. Los cristianos, que no estamos exentos de los problemas y sufrimientos de cualquier hombre o mujer, creemos en Jesucristo que se hizo uno de nosotros, para abrazarnos con la ternura y la misericordia del Padre”.

Al cerrar su Homilía, Zurbriggen bregó porque “el Niño Jesús, a quien celebramos con amor y con fe, nos enseñe a vivir en la comunión del amor. También, que nos impulse a vivir en paz, en nuestras familias y en nuestras comunidades. El AMOR y la PAZ nos harán fuertes para superar las dificultades de este momento de nuestra patria. Por eso, renovemos la ESPERANZA cristiana, porque no estamos solos ni abandonados en la vida. El Hijo de Dios se hizo hombre verdadero para estar con nosotros y hacernos hijos de Dios, que vivimos ya desde ahora la alegría de vida eterna”.

Fuente: Prensa Diócesis de Concordia