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En un muy buen partido de fútbol, Santa María logró el pase a la final del Petit Torneo al derrotar a su clásico rival, Colegiales, por 3 a 2 en partido jugado en cancha de Libertad. El triunfo del Santo tiene tono de hazaña, porque perdía 2 a 1 y en tiempo de adición convirtió dos goles en un minuto, prácticamente, para dejar atónitos a todos los hinchas de Cole que ya veían la clasificación en su bolsillo.

Fue un partido donde no terminaron todos en cancha, ya que el árbitro Guido Córdoba expulsó a Daian Robles, Iván Saboredo y Diego Saboredo de Colegiales, y a Jonathan Molina, Luciano Ortiz y el autor del gol de la clasificación, Ramiro Yaya de Santa María, además de su entrenador Silvio Naser.

El primer tiempo fue lo mejor que tuvo el partido, porque los primeros veinte minutos fueron realmente electrizantes, de ida y vuelta y con buen juego por parte de los dos equipos. No así hubo muchas situaciones de gol, pero sí llegadas que hacían ver claramente que la intención de ambos era ir para adelante siempre. Esto, a pesar de que a Colegiales le servía el empate por la ventaja deportiva.

Al Santo le anularon un gol tras estar quien convirtió el tanto casi abajo del arco, pero que terminó siendo posición dudosa porque hay que estar realmente en la misma línea para opinar claramente.

Pero llegó el tanto minutos después para los de Naser porque a los 16 David Luna tuvo una gran corrida por derecha, envió un centro que Ortíz cabeceó muy bien dándole al travesaño. En el rebote apareció Fabricio Girard para meter un zapatazo y decretar en 1 a 0.

Colegiales apareció como golpeado en los primeros instantes tras el gol, pero luego empezó a emparejar las acciones del partido y ello tuvo su premio, porque a los 21 minutos el árbitro vio una clara mano en el área y decretó el penal. Alan Vargas se encargó de patearlo, pero Lejarreta se lo atajó, en el rebote hubo un pase y Daian Robles, casi debajo del arco, puso el gol del empate. Santa María protestó porque era casi la misma posición que el árbitro y el asistente vieron en aquel gol que se le anuló a los del Barrio Almirante Brown, pero no tuvieron eco en la protesta.

Colegiales vio que podía y Santa María cedió algo de terreno en esa primera mitad. Y a los 42 Gamarra tomó una pelota fuera del área y le pegó con furia. En el camino fue Lucas Acosta el que desvió la pelota para engañar al arquero y Cole pasó a ganar 2 a 1.

El segundo tiempo no iba a empezar nada bien para Cole, porque a los 5 nomás se fue expulsado Robles por doble amarilla, y tuvo que entregar espacio para dedicarse más a defenderse. De todas maneras, Santa María no podía llegar con claridad y recurría más al pelotazo que otra cosa.

A los 20 se emparejó el número de jugadores, porque el que se fue expulsado fue Jonathan Molina, de Santa María, pero como Cole no se tranquilizaba, pese a estar ganando, fue Iván Saboredo el que vio la roja a los 26 y no estuvo ni siquiera cinco minutos en la cancha.

El partido estaba casi inclinado hacia la Avenida Carriego, porque el que atacaba era Santa María (casi siempre a puro centro) y el que se defendía era Cole, dejando a veces un solo jugador para intentar la heroica de contragolpear.

Santa María necesitaba dos goles y en el ambiente flotaba el comentario de lo difícil que era porque el partido se terminaba, y Cole estaba bien cerrado en el fondo.

A los 44 Jesús Sosa comete penal claro que Córdoba no dudó en cobrar y el arquero Joaquín Lejarreta se hizo cargo de la pena, para igualar en partido en 2 tantos, cosa que al Santo no le alcanzaba.

Y la hazaña se consumó un minuto y medio después cuando volvió a aparecer en escena Ramiro Yaya para empujar una pelota en el área chica y así decretar en 3 a 2, casi impensado, increíble, para Santa María. El mismo Yaya era el que había definido el partido en la fase regular, aquel partido pendiente de fecha 3, y volvía a ser el verdugo del pompeyano. Iban 47 del segundo tiempo, se jugó hasta los 51, donde hubo tiempo para otras expulsiones (Luciano Ortíz y el propio Yaya en Santa María y Diego Savoredo en Colegiales) y luego se desató la locura de la gente del Santo, que festejó a pleno una victoria con mucho gusto a hazaña para pasar a la final del Petit Torneo.

Silvio Naser, el entrenador, dijo en el final, en el streaming de la Liga, que “le dije a los jugadores que el partido termina cuando el árbitro hace sonar por última vez su silbato. Y así lo interpretaron mis jugadores, que no se entregaron pese al resultado adverso”. Entonces, la tarde se volvió a teñir de azul y blanco para una nueva gran alegría para la gente del Barrio Almirante Brown, que ahora esperarán por Libertad o Victoria que se enfrentarán el próximo domingo.