«Mi papá fue marino, estuvo en el Crucero ARA General Belgrano, antes de su hundimiento», cuenta con orgullo Alejandro. «En casa conservamos con cariño las fotos viejas de papá en el General Belgrano», dice. Su hermano y su sobrino son marinos, y no son los únicos, ya que «el corazón de mi familia está en la Armada», afirma. Es así, entonces, que decidieron pintar una bandera celeste y blanca con la leyenda «44 millones de argentinos orando por nuestros 44 hermanos».
«Cuando corrimos la carrera fue inexplicable la emoción que nos invadió, la gente nos aplaudió, muchos se pusieron a llorar y otros se acercaron a sacarse fotos con nosotros», recuerda. Pero las emociones recién comenzaban. «Cuando terminamos la carrera, nos encontró la familia de Fernando Mendoza», el concordiense que integraba la tripulación del ARA San Juan.
«¡Los estábamos buscando!, nos dijeron los familiares de Mendoza y las lágrimas de todos comenzaron a brotar, fue una mezcla de tristeza y a la vez de mucha alegría, porque la familia de Mendoza se sintió agasajada con este acto, al punto tal que luego de esto se gestó una linda amistad con ellos, ya compartimos un asado juntos, comentando historias y anécdotas de la vida de un marino», cuenta emocionado Alejandro.