COMPARTIR

El concordiense Uriel Franco (25) es artesano ceramista. Por primera vez estará en la Fiesta Nacional de la Artesanía con stand propio, luego de participar en la selectiva que se realizó en noviembre.Utilitarios como cazuelas, jarras, tazas y ollas con diseños de animales autóctonos (carpincho, tatú mulita, yacaré, lagarto, dorado), son la base de su producción, que el año pasado se lucieron en ferias como FERIAR (Córdoba), El sol y la luna (Santa Fe) y la Bienal de Chaco, además de recibir el Premio al Artesano Joven en el Salón de la Provincia de Entre Ríos.

Es sobrino de Alejandra Franco, también ceramista de Concordia y asidua participante en la fiesta colonense, reconocida por su obra escultórica denominada “Las vecinas”.

Desde 2012, Alejandra trabaja en un proyecto de cuentos sobre animales autóctonos para dictar en las escuelas. “Fui a sus talleres entre los 8 y los 12 años. Retomé a los 20 y desde entonces trabajo con ella dictando los talleres”, comenta Uriel.

“Me inspiró a hacer objetos que no solo sean utilitarios, sino que decoren el lugar y transmitan algo, y si alguien les pregunta pueden enseñar qué es un animal autóctono”, dice sobre su tía y a la vez maestra.

Las cazuelas de carpincho son las más vendidas. Y al respecto señala: “Muchos chicos no distinguen a un carpincho. Entonces al llevarlo a la mesa, se enseña que es un animal de la zona y sus características”.

Desde hace tres años Uriel tiene la satisfacción de vivir de su arte. “Puedo decir que es mi principal sustento. También a veces les doy una mano a mis viejos, que son verduleros”.

A partir de 2020, su principal punto de venta son las redes sociales. “Soy un artesano de la modernidad. En pandemia a muchos artesanos les fue mal, pero para mí fue un boom”.

A la par, Franco se recibió de Técnico en Gestión Gastronómica. Y encuentra relación entre esta carrera y su oficio: “Tienen que ver. Si vamos a la historia, el ser humano evoluciona en la cavidad del cerebro y en toda su estructura, gracias a que se empiezan a cocinar los alimentos en cerámica. Antes se hacía otro tipo de cocción, asada o en piedras calientes, pero no se hervía una sopa o un puchero. A partir del surgimiento de la cerámica, que fue de improviso, el cuerpo adquirió más nutrientes de carnes y vegetales y comenzó a cambiar. Cuando me enteré esto pensé en hacer utilitarios, donde está mi principal interés”.

“Trabajo con arcillas locales que después las formulo”, dice al hablar del proceso que llevan sus piezas de estilo precolombino.

“No uso esmaltes, si no una técnica ancestral denominada bruñido, que permite impermeabilizar el producto debido a que la arcilla es un material poroso. Luego de salir del horno, cada pieza es curada con cera de abeja, para cerrar algún poro que haya podido quedar abierto”.

“Se pueden lavar con detergente, pero no pasarle virulana, porque rompería el bruñido, permitiendo que se aloje material orgánico”.

En cuanto al precio de sus artesanías, “las cazuelas están a $2.500; las ollas a partir de $18.000-$20.000, dependiendo de las características”, da a conocer.

Para seguir por redes sociales el trabajo de este joven ceramista entrerriano: https://instagram.com/cer_arte_oficial?igshid=1q1zztgyu3q59

Fuente: El Entre Ríos.