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Desde esta mañana, tomar un remisse cuesta más caro. La bajada de bandera pasó de $ 136 a $ 164,06 y la cuadra de $ 6,70 a $ 8,15. La suba impacta en una reducción mínima de la demanda por dos o tres días pero luego se retoma normalmente, explicó esta mañana a DIARIOJUNIO Hugo Maschio, propietario de Remisses Visión. “Esto se modificó hace dos años a modo de tener más cercano el índice inflacionario de nuestra actividad», añadió. El primer día de los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre se actualizan las tarifas en forma automática tomando en cuenta el índice inflacionario más la subida de los combustibles. Se trata de dos promedios que se suman y dan un porcentaje de actualización de las tarifas. “Hoy por hoy es de entre un 22 y 23 %”, dijo.

La suba impacta en el bolsillo de los usuarios, admitió Maschio, pero sucede lo mismo con todas las variables de la economía.  “En los últimos dos meses hemos tenido cuatro o cinco veces una suba del combustible”, remarcó. Además, cambiar las cuatro cubiertas cuesta entre $ 130.000 y $ 150.000 dependiendo del rodado. Y por el kilometraje que realizan diariamente deben realizar periódicamente el recambio de las gomas.

Maschio destacó que, a pesar de los incrementos, en la actualidad la actividad es rentable. “En el remisse, el dueño y el chofer viven prácticamente al día”, destacó. La demanda del servicio es importante. “A tal punto de que cualquier empresa no puede cubrir todos los pedidos”, dijo. Maschio explicó que los costos de mantenimiento de los autos, sumado a las consecuencias de la pandemia, han hechos que se pierdan entre un 30 y un 40 % de los automóviles que estaba en servicio.

La actividad es muy rentable pero para quienes se mantienen dentro de la misma. “El que salió del rubro ya se le hace prácticamente imposible comprar un auto, ya sea 0 km o usado. Un auto nuevo mínimamente de los que están hoy en el mercado cuesta $ 3 millones. ¿Decimes vos como hacés para llegar a comprar un auto? Un usado con no menos de cinco años de antigüedad, tal como lo establece la ordenanza, estamos hablando de un 2017, no cuesta menos de $ 1.800.000 o $ 2.000.000”, indicó.  Por ejemplo, se pueden habilitar autos de no más de cinco años de antigüedad. Dependiendo del año de fabricación, pueden trabajar hasta 10 años transcurridos desde que salió de una concesionaria. Por ejemplo, un auto modelo 2017 puede funcionar como remisse hasta 2027.

Muchas personas que tenían un plan de ahorro para renovar el auto lo terminaron malvendiendo en la época de la pandemia y ya no pueden volver. Durante la cuarentena, la actividad era prácticamente nula. En marzo de 2020, en la empresa de Maschio había 32 autos trabajando; en noviembre de 2021, cuando se terminó la pandemia, quedaban 13. Perdí más del 50 % de los autos”, dijo. Ubicada casi en pleno centro, muchos clientes tomaban los autos por actividades comerciales, jurídicas y bancarias pero esos rubros estaban cuasi paralizados. “No andaba nadie”, remarcó. Muchos optaron por ir a empresas de barrio donde se trabajaba un poco más. Pero cuando se retomó la actividad, no alcanzaban los móviles.

“Para un asalariado es imposible. Un asalariado común hace una inversión en un plan de ahorro para poder poner un auto a trabajar pero la cuota está en $ 35.000 o $ 40.000, hasta $ 50.000. ¿Qué sueldo te da para pagar un plan de ahorro?  Hay un desfasaje de los ingresos de una persona por la economía de este país”, indicó Maschio. Por ello, estimó que el parque automotor descendió de 800 autos a 500 aproximadamente.
Fuente: Diario Junio